cultura y justicia"
De «la tristeza de ser hombre» a «la libertad de hijos»
"El que quiera salvar su vida la perderá y el que la pierda por Mí y el evangelio la salvará" (Mc 8,35). Esta frase es una paradoja frecuente en Jesús, quien proclama bienaventurados a los pobres y a los que lloran, pero no porque pobreza y llanto sean criterios de dicha, sino porque ellos son (y serán) poseedores del Reinado de Dios y de la risa definitiva. Aquí tenemos otra vez paradoja y apuesta. Las páginas que siguen intentan desentrañar un poco esa paradoja y esa apuesta.En una primera parte vamos a buscar diversos accesos, todavía no creyentes, al ser humano, para mostrar cómo la paradoja o la contradicción brotan constantemente del hombre. En una segunda parte se intentará leer creyentemente la paradoja humana, hasta la suprema contradicción entre justo y pecador, y hacia la apuesta práxica por la liberación de esa contradicción, en la armonía trascendente de todas las paradojas del hombre.