cultura y justicia"
“Era forastero y me acogisteis” (Mt. 25,35)
Ante la convocatoria de elecciones al Parlamento Europeo y ayuntamientos del próximo día 26 de mayo, la Plataforma de Entidades Cristianas con los inmigrantes hace un llamamiento a la participación ciudadana, atendida la magnitud de los retos sociales que tiene que afrontar Europa en los próximos años, como también el papel clave de nuestros municipios para la cohesión social. Con esta intención, desde nuestro compromiso como ciudadanos y como cristianos con los valores democráticos, queremos compartir públicamente las siguientes consideraciones:
1. Vivimos nuevamente un momento importante de entrada de personas migradas, tanto al conjunto de Europa como en nuestro país. Esto se debe a las circunstancias de inseguridad, violencia, pobreza o desigualdad que sufren muchas regiones vecinas y todo el mundo, así como a las oportunidades que ofrece nuestra sociedad. Mientras estas circunstancias no cambien, y no lo harán a corto ni mediano plazo, continuarán llegando muchas personas buscando un futuro mejor. Hay que ser conscientes y aceptar la realidad tal como es.
Europa: la necesidad de un cambio de paradigma
2. Nos preocupa profundamente que este fenómeno ha producido en Europa en los últimos años la extensión de la narrativa de la inmigración como amenaza al bienestar o la identidad. Han crecido las actitudes de miedo, recelo u hostilidad respecto a la inmigración, así como las fuerzas políticas que alimentan y utilizan estas actitudes. Se trata de fuerzas políticas que tienen cada vez más influencia y la tendrán previsiblemente en el nuevo Parlamento Europeo. Según las encuestas, el hecho migratorio ya es la primera preocupación de los europeos. Como consecuencia, en los últimos años se han reforzado las políticas gubernamentales que priorizan el cierre y la externalización de las fronteras exteriores de la Unión, con la consecuencia de una inseguridad añadida en los trayectos migratorios, causando de una terrible e insoportable mortandad en el mar. Así mismo, el fenómeno migratorio ha multiplicado las tensiones entre países, ha favorecido las tendencias contrarias a la construcción europea (sobre todo el Brexit, pero no únicamente) y ha disparado la insolidaridad entre gobiernos. Todo esto ha contribuido enormemente a la grave crisis que sufre el proyecto europeo, la más grave de su historia.
3. Tenemos que trabajar para revertir esta situación. Europa tiene el gran reto de transformar radicalmente su mirada sobre el hecho migratorio, para ser fiel a sus valores fundacionales, esenciales precisamente en su identidad, como la solidaridad, la paz, la democracia y el respecto a los derechos humanos y, en último término, a sus profundas raíces cristianas. Europa tiene que pasar del dominio del paradigma de la hostilidad ante las personas migradas al de la hospitalidad y la solidaridad. De la inmigración como amenaza a la inmigración como oportunidad. Esto quiere decir prepararse para gestionar de sociedades homogéneas a complejas sociedades pluriculturales y plurireligiosas. Tomar conciencia que la inmigración no es ni ha estado nunca un freno económico en ninguna parte, sino justo al contrario. Que no es una amenaza a la identidad, sino una oportunidad para ensancharla y enriquecerla. Todo esto implica un cambio profundo, lento y difícil, a muchos niveles y con muchas implicaciones. Pero es un cambio inevitable.
4. Estamos convencidos que las políticas migratorias más inteligentes y también humanamente más justas de los países europeos tienen que pasar de la obsesión por fronteras más herméticas, generadoras de exclusión, a la apertura de vías regulares y seguras a la inmigración, armonizando las legislaciones sobre entrada, residencia y reagrupamiento. Pasar de la tentación de servirse o hacerse esclavos de los miedos, al trabajo valiente para sensibilizar, preparar y colaborar con la sociedad en favor de la hospitalidad con la inmigración. De priorizar las políticas de control de flujos a fortalecer y multiplicar de manera conjunta las políticas de acogida, protección e integración de las personas migradas. De una política exterior cerrada sobre sus propios intereses geopolíticos inmediatos, incluyendo la inaceptable exportación de armas, a una verdadera y sincera política de promoción del desarrollo, la democracia y la paz en las regiones vecinas y en el mundo en general.
Las administraciones locales, pieza clave en la acogida y la cohesión social
5. Nuestros municipios son una pieza absolutamente clave en la acogida y la integración social de las personas que han llegado y seguirán llegando en los próximos años. Constatamos que en los últimos años se han hecho enormes esfuerzos en programas de acogida. Además de la necesaria atención social, incluyen iniciativas por el aprendizaje de las lenguas así como en servicios de traducción y mediación, servicios todavía necesarios cuando ya no se trata de personas recién llegadas. Se han puesto en marcha iniciativas que fomentan el conocimiento del entorno y la cultura local. Otros que se preocupan de la sensibilización, conscientes que la relación vecinal se dificulta con los estereotipos y rumores sin fundamento. Todas estas actuaciones son y continuarán siendo necesarias. Otro reto urgente en estos momentos son las políticas para garantizar vivienda social a las familias que tienen dificultades para acceder una vivienda digna. También continuar fomentando las relaciones de vecindad y conocimiento mutuo, así como la participación social de las personas recién llegadas y los correspondientes colectivos. Nuestros ayuntamientos y consejos comarcales necesitan los recursos suficientes para seguir desarrollando estas políticas.
6. Para la acogida y la integración, disponemos de una herramienta muy importante y muy propia de nuestro país, como es el padrón, que facilita los procesos de inclusión. Tal y como establece la normativa vigente (R.16/03/2015), todos los Ayuntamientos tienen que inscribir a todas las personas que viven en su municipio, con independencia de su situación administraba y de si acreditan o no un domicilio, incluso si se encuentran sin techo.
7. La educación ha estado siempre y es otra herramienta clave para la cohesión. Todavía resulta más importante en sociedades con gran diversidad cultural y fuertes desigualdades. La educación tiene un impacto directo en la inserción laboral, imprescindible por la integración social. En este sentido nos preocupa profundamente el fenómeno del fracaso escolar. Todas las iniciativas y programas de inclusión social serán insuficientes mientras se den las proporciones actuales de fracaso, que afectan más gravemente a los hijos e hijas de las familias recién llegadas, con especial impacto en la población de origen marroquí y subsahariano.
8. Como ya expresamos en nuestro comunicado del pasado mes de febrero, nos preocupa la situación de los menores inmigrantes sin acompañamiento familiar, que sufren una grave vulnerabilidad. Hay que consolidar una estructura de recursos y equipaciones que dé una respuesta integral y específica, que garantice el acompañamiento más allá de la mayoría de edad y que coordine el proceso de integración social con la regularización administrativa. Para lograr estos retos, consideramos necesario un pacto global de ámbito estatal y una visión europea compartida, así como la implicación de toda la sociedad ante el reto de proteger e integrar estos niños y jóvenes.
9. La acogida y la integración social en nuestro país cuentan con otra herramienta indispensable, que es el inmenso trabajo que hacen las entidades sociales, ONG, asociaciones, iglesias y sociedad civil en general. La Administración no lo puede hacer todo, ni lo tiene que hacer todo. Hay que continuar apoyando y facilitar la imprescindible tarea de las entidades y potenciar la coordinación entre ellas y la Administración. También es necesario que las entidades sean capaces de evaluar de forma permanente su actuación y de hacer la autocrítica necesaria para mejorar constantemente y adaptarse a las circunstancias siempre cambiantes.
10. Por último, queremos subrayar la necesidad de trabajar de forma permanente en favor del máximo consenso y coordinación política en relación a todas estas cuestiones y en todos los niveles institucionales (europeo, estatal, regional, local..). El hecho migratorio es de enorme complejidad e impacta directamente en todo el territorio. Las decisiones de cualquier institución afectan al resto. Ciertamente, es útil la discusión seria en cuestiones difíciles y las discrepancias a veces son persistentes, pero lo que resulta completamente erróneo y peligroso es fomentar el discurso de la confrontación partidista en esta delicada materia.
Barcelona, 20 de mayo de 2019
Acció dels Cristians per l’abolició de la Tortura (ACAT), Acció Catòlica Obrera (ACO), Bayt-al-Thaqafa, Càritas Diocesana de Barcelona, Cintra–Benallar, Fundació Viarany- Centre Comvivim, Comunitats de vida cristiana a Catalunya, Centre d’Estudis Cristianisme i Justícia (Fundació Lluís Espinal), Secretariat de Pastoral Obrera de l’Arquebisbat de Barcelona, Secretariat de Pastoral amb migrants de l’Arquebisbat de Barcelona, Ekumene (Centre Social Domingo Solà), ACAT-Acció dels Cristians per l’Abolició de la Tortura, Equip de pastoral obrera de Badalona, Fundació Escola Cristiana de Catalunya, Fundació Migra-Studium, Fundació Salut Alta, Germandat Obrera d’Acció Catòlica (GOAC-HOAC), Grup de Juristes Roda Ventura, Iniciatives Solidàries, Interculturalitat i Convivència, Joventut Obrera Cristiana (JOC), Justícia i Pau de Barcelona, Mans Unides de Barcelona, Moviment de Professionals Catòlics de Barcelona, ACO Catalunya, Religioses en Barris Obrers, Unió de Religiosos de Catalunya (URC), Comunitats Adsis de Barcelona, Capellans Obrers, AIDIR, Església Protestant de Barcelona Centre, Fundació Ortodòxia, Parròquia de Santa Anna-Hospital de Campanya