Adolfo Chércoles nos habla de la espiritualidad ignaciana y el reto de la sinodalidad

Ofreció el sábado 2 de marzo en una charla en Barcelona

Adolfo Chércoles, jesuita andaluz, ofreció el sábado 2 de marzo en Barcelona una charla sobre la iglesia sinodal desde la mirada de la espiritualidad ignaciana. En Cristianisme i Justícia contamos con él año tras año, para acompañar una sesión de formación e intercambio en torno a distintos aspectos de la espiritualidad ignaciana. En esta ocasión, preguntándonos cómo puede ayudar el carisma ignaciano a responder al reto de la sinodalidad.

Con su espontaneidad habitual, Adolfo Chércoles inició su intervención explicando que la mejor manera de presentar las aportaciones de la espiritualidad ignaciana al Sínodo es a través de la misma convocatoria del papa Francisco. Así, recorriendo el significado de los diversos mensajes y afirmaciones del documento papal, Chércoles puso de relieve, con su profundidad y vasto conocimiento de san Ignacio, las dinámicas y aspectos de la espiritualidad ignaciana que potencian los retos de la sinodalidad eclesial.

Resaltó que la iniciativa en el encuentro entre Dios y el ser humano siempre es de Dios, como deja bien claro Ignacio al inicio de los Ejercicios Espirituales: la aportación humana, siempre será de preparación y nunca causa. En lo que se refiere al Pueblo de Dios, se extendió detallando la importancia que tiene para Ignacio el ser persona y comentó algunos de sus rasgos: integración de la inteligencia, del sentir, de la afectividad; hacerse cargo de la realidad; capacidad de elección y responsabilidad; progresiva liberación de los enganches; gratuidad...

Adolfo Chércoles señaló también los riesgos de la sinodalidad, presentes también en el documento papal. Entre ellos, el formalismo, el intelectualismo o el inmovilismo. Para afrontarlos recordó algunas máximas del gobierno de Ignacio, como no dar leyes universales para males particulares, o uno de los consejos que daba a sus compañeros: ser motor de motores para así hacer más cosas y mejor hechas.

Al comentar las palabras clave del Sínodo comunión, participación y misión, observó la importancia del verbo atender, usado por Ignacio al indicar la misión de la Compañía: atender a la salvación y perfección propia y ayudar a los prójimos. Un verbo, explicó Chércoles, que remite más a una actitud contemplativa que al esfuerzo y que tiene que ver con la importancia de la suavidad en el camino de la perfección.

La profundidad de los planteamientos de Adolfo Chércoles estuvo amenizada por sus ocurrentes anécdotas y perspicaces observaciones, y así sus afirmaciones fueron calando hondo en los presentes, despertando cuestiones o confirmando intuiciones. Mostró, en definitiva, cómo elementos de la espiritualidad ignaciana son clave en la sinodalidad. A nadie dejó indiferente, y de ahí el agradecimiento final que expresaron los participantes.

Adolfo Chércoles, nacido en Carmona (Sevilla) es especialista en espiritualidad ignaciana y Ejercicios Espirituales. Durante toda su vida ha trabajado en la misión obrera. Ha publicado en nuestra colección Ayudar, de EIDES La oración en los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola.