En un momento cultural y político, como el de hoy, en que parece dominar la mediocridad de miras, la figura del Tolstoi, más revolucionario y espiritual, recuperada en este cuaderno, puede servir de estímulo a las generaciones de ciudadanos perplejos, indignados y rebeldes. Por desgracia los grandes maestros morales son en la actualidad muy escasos.