cultura y justicia"
Cristianismo y Justicia alerta ante el resurgimiento del autoritarismo
Como es habitual, el centro de estudios Cristianismo y Justicia, termina el año con la publicación de una declaración. En esta ocasión alerta ante la forma en que nuestra sociedad está afrontando los momentos de desconcierto que vivimos, alimentando el populismo político de tics autoritarios y reforzando políticas de proteccionismo económico, y se pregunta si, en lugar de eso, tenemos capacidad de crear nuevos consensos globales orientados a buscar un bien común universal.
Desconcierto económico, político e identitario
El documento constata que vivimos momentos de desconcierto por las expectativas económicas frustradas, con una mayor desigualdad, polarización económica de la sociedad y nuevas formas de exclusión. Desconcierto también por la hostilidad ante la gestión política y sus actores e instituciones, que pierden de forma preocupante credibilidad y confianza, por su incapacidad y por la corrupción, haciendo crecer el populismo. Y, finalmente, desconcierto por la amenaza del terrorismo, que ha esparcido el miedo y ha extendido argumentos reaccionarios y xenófobos de rechazo al extranjero.
Factores como la uniformización de la sociedad por el consumismo, la mercantilización de espacios como la educación o la salud, la devaluación de la memoria histórica o la secularización, generan una crisis de identidad y dificultan la búsqueda de propuestas de sentido en una sociedad utilitarista y materialista. Este contexto facilita el crecimiento de los partidos de la nueva derecha, "que no han surgido de la nada sino que son uno de los frutos del vacío moral que en buena medida la ideología neoliberal ha dejado los últimos años".
Construir relatos de esperanza
Ante todo esto, Cristianismo y Justicia propone "una globalización alternativa, sobre unos nuevos principios que se afiancen en la preocupación por la justicia global y por el bien común".
Frente a respuestas que apuestan reformar el sistema o reducir el desconcierto a base de gobiernos fuertes y autoritarios, el centro defiende un cambio de paradigma, que tenga como horizonte una ampliación y profundización democrática, del sentido de libertad y del aumento de la fraternidad. Se trata de un cambio que surge de replantearnos de forma comunitaria lo más fundamental y "ponernos de acuerdo en qué es bueno para nuestra vida, teniendo siempre en cuenta el criterio que sólo será bueno para mí aquello que también contribuye a mejorar la vida de la mayoría de personas".
En este sentido, el centro reclama romper con el paradigma tecnocrático basado en la explotación del planeta, hacernos fuertes en las convicciones que nos impulsan a hacer más digna y mejor la vida, y promover la transformación de la realidad a través de la acción social, económica, política y cultural. En definitiva, concluye la declaración "sólo desde aquí venceremos el miedo y no precisaremos abrazar proyectos mesiánicos y salvadores, pero a la vez autoritarios y amenazadores de los derechos más fundamentales, sino construir paso a paso este mundo nuevo que tanto deseamos."
Descargar la reflexión:
● “El peligroso resurgimiento del autoritarismo: relatos alternativos ante la crisis del orden liberal