La cuestión de la mujer y de lo femenino vuelve a escena, tanto en el mundo secular como en el eclesial. ¿Será porque las mujeres están asumiendo papeles destacados en un mundo convulso, violento y movedizo? ¿Será porque el papa Francisco vuelve sobre el tema una y otra vez? Sea cual sea el motivo, en este momento, cuando el mundo, como un todo, se encuentra inmerso en la violencia, afrontando tantos problemas económicos, políticos y sociales, se percibe la sensación más o menos extendida de que la mujer puede ser una protagonista importante en los procesos de cambio.