culture & justice"
"Desde una mirada creyente es necesario pensar y repensarnos desde los feminismos"
Desde 2015, Cristianisme i Justícia cuenta con un grupo de trabajo sobre género y feminismos. Se puso en marcha a iniciativa de dos mujeres del equipo del centro, Nani Vall-llossera y Sonia Herrera. "Considerábamos que esta cuestión era muy relevante e ineludible y que también desde una mirada creyente era necesario pensar y repensarnos desde los feminismos", recuerda Sonia Herrera. Coincidiendo con el 8 de marzo, le hemos pedido que nos hable de la actividad de este grupo.
¿Cuáles son los principales objetivos?
El objetivo principal del grupo, desde sus inicios, ha sido generar un espacio de confianza, reflexivo y formativo, en el que poder aproximarnos, desde el diálogo entre fe y justicia, y desde una mirada interseccional e interdisciplinaria, a toda una variedad de temas dentro de la agenda feminista, como la crisis de cuidados, el impacto del capitalismo en nuestros cuerpos, las propuestas del ecofeminismo, la violencia machista, la necesidad de promover un feminismo crítico y transversal con un horizonte de justicia global o la deconstrucción de la masculinidad hegemónica, entre otras cuestiones que nos ocupan y preocupan.
¿Quién forma parte de este grupo?
La composición del grupo ha variado a lo largo del tiempo según la disponibilidad y momentos vitales de sus componentes. Durante mucho tiempo fuimos un grupo estable de unas 12-15 personas, aunque la información sobre la actividad del grupo y las convocatorias la reciben en torno a una treintena. Ahora mismo somos unas 7-8 personas que seguimos reuniéndonos mensualmente, entre las cuales, y eso no es nuevo, hay tres hombres. Y ésta es una cifra que también se ha mantenido estable a lo largo de los años.
¿Cómo dais salida a la reflexión?
Ésta sigue siendo una asignatura pendiente. Hemos publicado algunos artículos en el blog de Cristianisme i Justícia, pero hasta ahora no hemos sistematizado la reflexión del grupo pensando en su proyección pública. Sin embargo, sí ha servido para transversalizar una cierta perspectiva de género en todos los demás espacios de reflexión y formación del centro: seminarios, cursos, publicaciones...
Así, ¿esta cuestión se ha hecho presente a lo largo de los últimos años en Cristianisme i Justícia?
Valoro muy positivamente los avances en materia de igualdad y de incorporación de la diversidad en el centro. En cuanto al género ya los feminismos, en los últimos 10 años, la apertura ha sido constante y ha ido in crescendo, tal y como ha ido sucediendo también con las reivindicaciones del colectivo LGTBI+.
Y en el conjunto de las instituciones de iglesia, ¿está entrando esta perspectiva?
Todavía existen muchas resistencias y muchos bloqueos. El discurso conservador y malintencionado en torno al concepto despectivo de "ideología de género" creado desde el seno de la Iglesia ha permeado en muchos espacios generando prejuicios y mucha confusión entre los creyentes. Es una noción muy engañosa que supone, por un lado, una estigmatización del término "ideología" como algo negativo per se, y por otro, una tergiversación muy consciente de décadas de estudios y movilizaciones feministas. Como explica muy bien la periodista Nuria Alabao, la construcción de esta etiqueta se proponía "como defensa del "orden natural de las cosas" en oposición a la afirmación de que las normas sexuales son construidas y naturalizadas socialmente". Así, para buena parte de la institución eclesial -por suerte no todo el mundo ha comprado ese discurso-, las diferencias culturales entre hombres y mujeres no serían aprendidas y adquiridas, sino que formarían parte del "orden divino". Hay mucho trabajo que hacer para contrarrestar este relato...
¿En qué está trabajando ahora el grupo?
Ahora mismo estamos hablando mucho sobre los derechos de las personas trans y su reconocimiento en torno a una novela maravillosa que es La mala costumbre, de Alana S. Portero. Es una obra de una belleza literaria excepcional, muy visual, y para sorpresa de las lectoras o lectores creyentes, está llena de metáforas religiosas. Desde el grupo la recomendamos encarecidamente y de forma unánime.